2019-03-13
La inclusión financiera es un término que es desconocido para muchos pero que impacta directamente a todas las personas que diariamente ingresan al sistema financiero de cada país. Es un medio para generar bienestar en las poblaciones mediante el uso responsable de los productos y servicios financieros ofrecidos por las instituciones de este sector, así como es un factor determinante en el crecimiento económico y la reducción de la informalidad en los países.
En otras palabras, gracias a la inclusión financiera, usted tiene la oportunidad de abrir una cuenta de ahorros en un banco, solicitar un crédito, comprar un seguro o recibir asesoría en esta materia. Es gracias al acceso a una cuenta financiera que las personas ya no dependen de realizar transacciones de dinero en efectivo o utilizar los colchones o alcancías como cajas de ahorro.
La inclusión financiera es uno de los desafíos para el desarrollo de la sociedad, por esto, se encuentra incluida como base para el cumplimiento de siete de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, debido a que en un planeta cada vez más globalizado es un reto que las ventajas del progreso alcancen a cada persona en el mundo.
El acceso a servicios financieros básicos y confiables es esencial para el progreso humano. Generalmente se piensa que son los grandes millonarios y personas que manejan grandes cantidades de dinero para quienes estos servicios son importantes, pero contrario a ello, los micro empresarios, emprendedores y trabajadores dependen de manera crítica de sistemas baratos y transparentes de pagos y crédito.
Sin estos servicios o productos financieros, la forma de vida y sustento de estas personas se verían negativamente afectados y su calidad de vida desmejoraría. Tener acceso a ellos con condiciones adecuadas permite emprender, ampliar negocios, ahorrar para imprevistos, invertir en sanidad y educación y contar con seguridad frente a crisis económicas.
Por otra parte, favorece las oportunidades de crecimiento de las empresas mediante la inversión en nuevas tecnologías y en capital humano, por lo tanto impulsa el aumento de la productividad y rentabilidad de los negocios al facilitar las transacciones de pago y cobro a un menor costo.
En otras palabras, la inclusión financiera es una herramienta que permite el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, al hacerlos partícipes del desarrollo económico, patrocinar la inversión y el crecimiento, estimular los empleos y aumentar la seguridad económica.
Estas son algunos de los datos publicados en el último informe Global Findex (2017), del Banco Mundial, en el que se presenta información sobre el acceso y uso de servicios financieros, recolectada por entrevistas a más de 150 000 personas en 144 países.
Las políticas de inclusión financiera de los países ayudan a que los servicios financieros se adapten a las necesidades de los usuarios, generando productos personalizados y servicios de capacitación financiera que facilite a todas las personas la toma de decisiones informada.
Además permite lograr el desarrollo económico y social de las poblaciones de menores ingresos que generalmente se encuentran excluidas con el fin de lograr un sistema financiero más equitativo, más transparente, más desarrollado y más competitivo.
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