2020-07-31
En tiempos donde la responsabilidad social y medioambiental toma mayor protagonismo y se instaura como una iniciativa a la que todos debemos sumarnos, surge el consumo responsable como un replanteamiento sobre nuestros hábitos y, por ende, sobre la manera en que buscamos satisfacer cada una de nuestras necesidades. El propósito inicial es optar por una transformación donde se construyen modelos de producción, distribución, consumo y separación de los residuos de forma coherente con la postura de mitigar el cambio climático.
Básicamente este conjunto de prácticas diarias que desarrollamos a nivel personal, relacional, organizacional, político e institucional implican un cuestionamiento sobre lo que demandamos como consumidores activos, el rol que desempeñan las organizaciones y qué políticas realmente impulsan a una transformación positiva en la que se promueve un estilo de vida sostenible. Sin embargo, para esto, algunos expertos afirman que es importante y necesario encontrar qué marcos socioculturales son indispensables para una nueva cultura de consumo.
Es allí cuando debemos pensar en los recursos naturales no renovables que deben ser protegidos y por los que se debe apostar día a día. Y la pregunta es: ¿qué hábitos podemos transformar para que haya una disminución en un consumo que genera un impacto negativo en la naturaleza? Alimentación, ocio, transporte, tecnología, ropa, finanzas, cosmética y demás son algunos de los aspectos que hacen parte de la vida humana y que pueden suplirse de otras formas.
En el desarrollo de nuevas habilidades y la búsqueda de una solución sostenible, la industria textil ha optado por utilizar telas ecológicas que mitigan el impacto en el medio ambiente. Otros, utilizan empaques de materiales reciclados, que además de beneficiar a las empresas en términos de imagen y reputación, se suman a la importante labor de contribuir a un cambio social. Si bien son iniciativas imprescindibles, para que sean realmente responsables se requiere que haya un consumo menor, reducción del impacto en la naturaleza y transformador en la justicia social.
Los criterios de la economía empresarial sostenible tienen diferentes ventajas en términos de rentabilidad, crecimiento e impacto en los diferentes nichos de mercado. Los cuales también influyen en la sociedad, en su dimensión ambiental y de cuidados, ya que también trae a cabalidad aspectos de equidad, solidaridad, democratización y redistribución.
En nuestro blog de finanzas buscamos que las organizaciones estén a la vanguardia de los nuevos requerimientos de la sociedad mundial para ser cada día más competitivos y pertenecer a un cambio positivo que beneficie a todos.
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